Manuel Sánchez Díaz es uno de los pocos maestros que se dedican a una tradición lenta y colorida, el matizado de algodón con lo que se llaman hoy día, colores firmes.
En un taller especialmente realizado para el Tercer Encuentro de Textiles Mesoamericanos, TEXTIM, Manuel Sánchez, quien trabajara en su juventud con Ernesto Cervantes mostró a las asistentes la forma en la que antiguamente teñían los hilos que formaron parte de los telares de Casa Cervantes.
Dentro de la historia de la técnica de matizado de algodón realizado por Manuel Sánchez Díaz, podemos remontarnos a su infancia, donde desde los nueve años ya empezaba a teñir hilos de algodón; su experiencia se amplió en un trabajo en Casa Brena con Don Enrique López hasta finalmente llegar a trabajar en Casa Cervantes donde un ambiente de libertad laboral y cordialidad le llevó a apreciar el tiempo pasado y lo aprendido dentro del taller.
“Inclusive si algún día no teníamos trabajo había palos gruesos, lo teñiamos para que siempre estuviera el patio de color”
De manera anterior las tintas eran producidas de manera líquidas y eran especiales para Casa Cervantes, sin embargo, estas desaparecieron y aunque de manera posterior se hicieron intentos con otras tintas estas no dieron el mismo resultado, de acuerdo con la apreciación del maestro Manuel Sánchez. Del mismo modo, antiguamente se azotaba el hilo para que saliera con un aspecto “avejentado” y era amarrado en puntos estratégicos para evitar que se enredara y generar ligeras variaciones en el color de los hilos. .
Entre las enseñanzas del taller estas comenzaron desde lo básico, desde la “descrudada” del hilo, el cual es sumergirlo en agua fría con detergente para que se le quite la grasa y dejarlo reposar al menos durante 24 horas.
Del mismo modo se enseñó la técnica de amarrado de la madeja de hilo de algodón, la cual recuerda a un cruce en x, este proceso, llamado encuendar; sirve para que el hilo no se enrede y al momento de sacar el teñido este sea más fácil de abrir.
Mientras se amarra el hilo otra de las partes importantes es la preparación de la tinta la cual se realiza disolviendo hidrosulfito, la sosa y el colorante en 5 litros de agua caliente, que a su vez se ven diluidos en 30 litros de agua aún puesta al fuego.
La paciencia es una de las características que más distingue a aquellos que se dedican al teñido, ya que a partir de ese instante hay que esperar a que el hilo absorba el color mientras hierve en el agua y tras la espera es necesario tener el valor y la capacidad suficiente para tomar las madejas calientes y desdoblarlas, abrirlas y permitir que el aire seque sus brillantes colores.
Frases – Testimonios
Toda la gente tiene tanto amor por lo que hace y que viven y disfrutan mucho sus tradiciones lo encuentro maravilloso.
Estoy muy feliz de haber tenido esta oportunidad de haber venido para acá y poder compartir esta experiencia.
Diana Sánchez Pascual