Colección textil del Colegio de las Vizcaínas: historia, registro y estudio.

El Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas es una institución educativa fundada por vascos residentes en la Nueva España, encabezados por Francisco de Echeveste, Manuel de Aldaco y Ambrosio de Meabe, quienes pertenecieron al Consulado de Comerciantes de México. Abrió sus puertas el 9 de septiembre de 1767, y fue el primer colegio laico para mujeres del continente americano. Se convirtió en colegio mixto hasta la década de 1960.

Dicho colegio contaba con un torno donde se revisaban los paquetes destinados a las colegialas, para impedir la entrega de objetos prohibidos, y tuvo también un locutorio, en el que las llamadas «escuchas» prestaban atención a las conversaciones que sostenían las internas con las personas que las visitaban. La escuela se estableció a mediados del siglo XVIII en un edificio barroco construido por el arquitecto José Miguel de Rivera Saravia​ el cual ocupa una manzana entera en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Un problema que caracterizó al Centro Histórico en ese entonces fueron las diversas inundaciones y a consecuencia de estas todos los edificios fueron rellenados con un nivel más, tiempo después, se le quitó el relleno al colegio; la escuela ha mantenido la mayor parte de su misión y organización originales, y es la única institución de la época colonial que ha funcionado de manera continua en México; por ello la importancia que una institución de esta índole haya formado parte del Tercer Encuentro de Textiles Mesoamericanos (TEXTIM).

Lizzeth Armenta asistente de Dirección del museo y Coordinadora de Conservación y Restauración del mismo; estuvo a cargo de la ponencia “Colección textil del Colegio de las Vizcaínas: historia, registro y estudio; en la que se enfatizó en cómo era la educación de niñas huérfanas y viudas, en donde dedicaban sus tardes al aprendizaje de bordado en la Sala de labor, y así se iniciaban en la elaboración de dechados sobre telas de trama abierta y conforme mejoraban su técnica hacían diseños más complejos, consiguiendo un gran prestigio para su institución; esto marcó una pauta fundamental para la creación de la colección que hoy día alberga la institución, la cual en palabras de Armenta “reúne piezas de bordado popular y de bordado erudito, clasificados así por el Instituto Valencia de Don Juan de Madrid, España, aunado a un impresionante acervo de bordados aplicados a indumentaria diseñada”.

El Colegio de las Vizcaínas ofrece una riqueza inigualable a través de sus más de trescientas piezas de vestimentas litúrgicas elaboradas en telas de brocado y damasco, la colección es única en su tipo al contar con la técnica de litografía que consiste en el uso de cabello humano como material bordado en lugar de un hilo; dejando ver porque es importante el preservar este tipo de colecciones; la relevancia de este colegio radica entonces en la formación de las pequeñas mujeres en la rama textil, de dónde formaron parte personajes tan sobresalientes como Josefa Ortiz de Domínguez quién cursó su educación secundaria en dicho recinto.

Fue entonces para el 2017 que la dirección del Museo fue tomada por la maestra Berenice Pardo quien comenzó a realizar conferencias de difusión y procuración de fondos para conseguir recaudar recursos para la compra de materiales de conservaciones, ya que el museo es independiente del instituto; forjando entonces la colección que reúne en la actualidad.

Al término de la charla, se hizo una ronda de preguntas entre los asistentes, en la cual el público manifestó sus inquietudes y opiniones en relación a una colección tan antiquísima y extensa como la presentada; en la cual se encuentran muestras particulares como piezas de Bartolomé Esteban Murillo, José de Ribera y Francisco de Zurbarán con quienes se ilustra la historia del Arte Europeo, la cual goza de alta riqueza textil y cultural; mostrando un hilo conductor entre el arte y el espíritu.

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