Uso urbano de prendas de la indumentaria tradicional purépecha

 

“La vestimenta tiene cierta prioridad sobre el discurso verbal al comunicar la identidad, es decir, antes de que digamos una palabra, ya estamos diciendo algo con lo que estamos usando.”

Grissel Astrid del Ángel Carballo

La Maestra Grissel Astrid del Ángel Carballo es estudiante de Doctorado Interinstitucional en Arte y Cultura en la Universidad de Guanajuato, Campus León, y profesora de asignatura en la Universidad Latina de América, en Morelia; el tema de su ponencia en el marco del TEXTIM fueron los diversos usos de la vestimenta tradicional puréprecha, principalmente en mujeres de la comunidad de Santa Fe de la Laguna.

Michoacán es un estado de gran tamaño, con 22 regiones reconocidas oficialmente, el grupo indígena predominante es el purépecha; dentro de este mismo grupo existen grandes diferencias culturales y por ende, en su vestimenta. Sin embargo, pueden considerarse seis elementos clave que se presentan en el sistema de la indumentaria indígena purépecha: rebozo, huanengo o blusa bordada, una faja en la cintura, que puede variar en su tamaño o materiales según el lugar; un delantal bordado, el rollo o la falda y finalmente, debajo de esta última pieza, iría una enagua.

En la actualidad, no sólo puede hablarse de estos elementos esenciales, sino también de calzado, joyería y peinados, que han llegado a causar polémica entre las generaciones de mujeres indígenas. Estos aspectos se reflejan en la indumentaria utilizada día a día, una comunidad no tiene un solo traje, sino que cada mujer tiene una variedad de trajes que dependen en gran medida del contexto y la sociedad a la que pertenezcan.

Esta cuestión es notoria en Santa Fe de la Laguna, una población en el estado de Michoacán que se encuentra a cinco minutos de Quiroga, la cabecera municipal; las mujeres de esta comunidad van a trabajar a Quiroga y a Morelia, tienen que salir de la comunidad para continuar con sus estudios y en un solo día su contexto puede cambiar de ir a Morelia, a Quiroga y regresar a Santa Fe de la Laguna.

El traje de uso diario en la comunidad es sencillo en comparación con otras regiones; ropa que no cuesta tanto como la que se usa en las fiestas y con bordado menos llamativo, puesto que las prendas más recargadas se guardan para eventos especiales. No obstante, el cambio de contextos de las mujeres más jóvenes ha tenido como consecuencia la absorción de modas externas, ejemplo claro con el uso de pantalones de mezclilla con el huanengo tradicional; si bien esta combinación fue criticada en principio, en la actualidad es utilizada diariamente por cuestiones de practicidad.

En contraste con Santa Fe de la Laguna, en donde no existen reglas estrictas en el uso de la indumentaria, hay comunidades como Capácuaro y San Lorenzo, en donde el uso del traje tradicional está marcado firmemente debido a la discriminación y el machismo. Por otra parte, al salir de las comunidades en muchas ocasiones es poco práctico utilizar el traje completo y como resultado, las prendas se quedan únicamente para las fiestas, debiendo ser más llamativas y decoradas.

Así, existen diversas versiones de la indumentaria purépecha que tienen que ver con la ocasión, para uso diario, para domingos, en donde las mujeres se arreglan más para ir a misa y a la plaza; para fiestas, que pueden ser de poca o de gran importancia y también, de acuerdo a otros contextos, como el urbano.

En el marco de este contexto, la vestimenta es un medio para comunicar la identidad incluso antes que la palabra. En el caso particular de Santa Fe de la Laguna, el cambio de contextos y el acceso a la educación de las mujeres ha favorecido cambios en la indumentaria tradicional, existe ahora una intención de mostrarse como parte del pueblo purépecha.

Años atrás, el uso de la vestimenta era sinónimo de discriminación, pobreza e ignorancia, para las mujeres de esta comunidad ya no es así, portan las prendas en contextos urbanos, como autoridades, estudiantes o maestras. No obstante, este mismo cambio de contextos a propiciado una disminución en la cantidad de mujeres que bordan prendas para sí mismas, en consecuencia, hay otras mujeres que se están especializando en la elaboración y son ellas las encargadas de pensar cómo innovar.

Es importante recalcar que, a pesar de las modificaciones y sustituciones que se pueden apreciar en materiales, colores y prendas, las mujeres siguen utilizando la vestimenta tradicional y buscan salir con esta ropa, dejando de lado la discriminación para representar y compartir el valor de su cultura.

Texto: Amanda Sigüenza

Fotografía: Ricardo Hernández

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